Piedra, mar y memoria eterna.
Piedra, mar y memoria eterna.
Cartagena
Publicado en ArchMayda
Cartagena no se recorre: se navega. Entre calles empedradas, murallas centenarias y balcones desbordados de bugambilias, esta ciudad del Caribe colombiano conserva intacta su vocación de fortaleza, de refugio, de resistencia.
Desde ArchMayda, este blog busca capturar no solo la majestuosidad visual de Cartagena, sino también la profunda relación entre su arquitectura colonial, su historia de defensa y su identidad como puerto de culturas.
En el corazón de Cartagena late la Ciudad Amurallada, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Construida a lo largo de los siglos XVI al XVIII, sus murallas de piedra coralina no solo protegieron a la ciudad de invasores, piratas y corsarios; también resguardaron un modo de vida que aún hoy respira en sus plazas, callejones y claustros. Sentir la arquitectura como un escudo vivo.
Sobre el cerro de San Lázaro, el Castillo de San Felipe de Barajas se alza como la obra militar más imponente de la América colonial. Diseñado estratégicamente para dominar la ciudad y el mar, este complejo de túneles, rampas y baterías representa el ingenio arquitectónico puesto al servicio de la defensa. El Castillo no se impone sobre el paisaje: se integra a él, lo usa como aliado.
Dentro de la Ciudad Amurallada, la arquitectura colonial, con sus portones de madera maciza, patios interiores y fachadas coloridas, ofrece un contrapunto vibrante a la sobriedad pétrea de las murallas. Aquí, el color no distrae: celebra. Celebra la vida, el mestizaje, el latido caribeño que le da sentido a cada esquina. Una arquitectura para adaptarse al territorio y potenciarlo.
Para ArchMayda, Cartagena no es solo una ciudad histórica: es un testimonio vivo de cómo la arquitectura puede narrar la resistencia, el encuentro de culturas y la celebración de la vida.